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sábado, 28 de mayo de 2011

CAMPUS MILENIO: El debate pendiente por José María Garduño

En las semanas recientes, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) ha estado presente, como nunca, en los medios. Los análisis y reportajes han destacado, sobre todo, la baja eficiencia terminal y la supuesta poca transparencia en el manejo de los recursos. Sin embargo, la mayoría de los análisis publicados son aún incompletos; el problema que experimenta la institución no se ha analizado en toda su extensión ni se han ponderado la eficacia en el logro de su misión ni las aportaciones de la institución a la educación superior del país.
En primer lugar, la UACM ha contribuido significativamente a dar un espacio a jóvenes que no fueron admitidos en las ya extremadamente selectivas instituciones públicas del área metropolitana. Este aspecto ha sido su mayor contribución. Gracias a la UACM ha disminuido ostensiblemente la toma de rectorías y manifestaciones de los jóvenes frustrados por no haber conseguido un espacio en esas instituciones.
En cuanto a la investigación de alto nivel, según la estadística del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de 2011, la UACM tiene 78 investigadores nacionales, número superior al de, por ejemplo, las Universidad Pedagógica Nacional (en su conjunto) y al de universidades estatales como Coahuila, Campeche, Chihuahua, Nayarit, Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Tamaulipas, así como diez investigadores menos que la prestigiada Universidad Iberoamericana, plantel Ciudad de México.
En materia de difusión cultural, una de las ventajas que ha tenido la autogestión es la diversidad de proyectos y eventos que se dan en el interior de la institución: presentación de libros, conferencias, teatro, conciertos, exposiciones, cine, etcétera. Sin duda, es una las instituciones universitarias, guardando la debida proporción con las de mayor tamaño, con más vida cultural en la ciudad. Asimismo, tiene un proyecto de pueblos originarios que vincula a la universidad con las comunidades donde está inserta.
Respecto de la docencia, la UACM tiene varias innovaciones que conviene destacar; una es la tutoría y otra la asesoría académica, que son únicas dentro de las instituciones de educación superior (IES); la otra es la creación de carreras innovadoras como Creación Literaria, Socio-Antropología, Promoción de la Salud, etcétera.
Por otra parte, un proyecto muy valioso del que poco se habla es que la UACM lleva la educación superior a todos los reclusorios del DF; los internos tienen la oportunidad de cursar las carreras de Derecho y Ciencias Políticas y Administración Urbana. A diferencia del resto de las IES, que basan su admisión en méritos, la UACM brinda oportunidad a cualquier egresado del bachillerato, asignando los lugares disponibles mediante sorteo.
Los resultados deficientes de la institución son conocidos. La institución ha graduado a menos de 50 egresados. Sin embargo, pocos análisis han mencionado que, adicionalmente, más de 300 ya han concluido todos los créditos, excepto la tesis. Otro aspecto que se mencionan reiteradamente es la falta de transparencia en el manejo de los recursos. No obstante, pocos recursos le quedan a la institución después de erogar 93 por ciento de su presupuesto en salarios y el resto en otros gastos fijos.
¿A qué se deben los magros resultados que la UACM ha obtenido en la formación de profesionistas? Hay que tomar en cuenta, sobre todo, la juventud de la institución. En segundo lugar, los diseñadores del proyecto, con la aprobación de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, crearon una institución utópica, ideal. Una institución no coordinada por reglas ni normas, sino por la voluntad y consenso de los individuos. Se diseñó una institución anárquica, es decir, donde nadie tuviera el poder de gobernarla y un rechazo a la autoridad central. Por esa razón, el Consejo Universitario se debe ocupar de minucias, pues nadie, salvo ese organismo, tiene el poder de solucionar y dirimir conflictos.
Esta utopía pedagógica llevó a los diseñadores a despojar a los profesores del poder de evaluar, porque se consideró que los profesores tienden a abusar de sus alumnos. Los diseñadores cometieron lo que en investigación se denomina falacia ecológica: se confundió a los individuos con el grupo. Asimismo, se determinó que un requisito de graduación fuera la realización de una tesis. La mayoría de las IES han abandonado esta opción por obsoleta e ineficaz. ¿Por qué la UACM la debe preservar?
¿Cómo se podría solucionar esta situación? No sería muy difícil, si se cuenta con la voluntad suficiente de la comunidad y del Consejo Universitario. En primer lugar, no se va a resolver la situación despidiendo a la rectora. La preocupación de un grupo de la comunidad universitaria por su remoción distrae a la institución de ocuparse de los problemas urgentes y reales. Se necesita una reorganización de la actividad académica, muy parecida a la de la UAM: una Rectoría General, Rectoría por planteles; organizar las academias en divisiones académicas, con coordinadores de academia y de carreras, así como devolver al profesor la facultad de evaluar a los estudiantes; eliminar la tesis como requisito de graduación. Fijar plazos flexibles de graduación, pues los estudiantes que permanecen mucho tiempo en la institución están quitando a otros la oportunidad de estudiar; burocratizar (en el buen sentido de la palabra) a la institución con base en reglas, reglamentos y normas para que funcionarios, profesores y estudiantes rindamos cuentas de nuestro trabajo. La burocratización es inevitable. ¿O acaso, para preservar un modelo académico en ciernes poco viable, vamos a tirar al niño junto con el agua de la bañera?

miércoles, 18 de mayo de 2011

Pronunciamiento Cuautepec

 LA TAREA HISTÓRICA DE NUESTRA GENERACIÓN

En el contexto de la reforma universitaria de Córdoba de 1918, y de muchos otros movimientos que pugnaban por la libertad absoluta del poder público, la generación del 29 consiguió la autonomía de la Universidad Nacional de México. Esta generación tuvo la conciencia de la necesidad de sustraer los fines de la educación de los gobiernos en turno y de acabar con las viejas estructuras de la cultura universitaria que comprometían el rumbo histórico de la institución. Después de los intentos de 1923 y de 1928, los estudiantes no sólo consiguieron la plena libertad de pensamiento y de cátedra en las aulas universitarias sino que también pusieron en práctica la idea del gobierno universitario, la dirección de los asuntos académicos y administrativos con base en la participación de profesores y alumnos.

La conquista de la autonomía no fue nunca una concesión política sino una conquista de los alumnos por defender su Universidad ante los intentos del gobierno por ejercer un control sobre su vida interna. Los universitarios supieron comprender también que ninguna autonomía es válida si esta no se ejerce para los fines que le dio origen. La mayor libertad para las altas Casas de Estudio nunca fue una demanda en abstracto sino una exigencia que supone derecho y obligación: la libertad en la autonomía sólo puede llevar al autogobierno cuando las libertades mismas se ejercen con apego a la conciencia de la responsabilidad, cuando se ve como norma de gobierno, no como anarquía o fuente de privilegios.

Hoy, el concepto de autonomía que nos hereda la generación del 29 debe revalorarse en un sentido fundamental: el gobierno universitario. ¿Qué debemos entender por ello? ¿Significa que las universidades deben contar necesariamente con formas de dirección y administración democráticas? ¿O quiere decir que todas las decisiones tienen que consultarse obligatoriamente a la comunidad universitaria para que adquieran legitimidad? El asunto no es que el gobierno universitario tome decisiones más o menos democráticas o populares sino que este tenga la capacidad de procesar las demandas de los miembros de su comunidad en forma operante y concluyente. De lo contrario sólo puede prevalecer un régimen de anarquías colegiadas que deliberan pero no deciden.

Las decisiones de un esquema de cogobierno entre profesores y alumnos tendrían que ser el resultado natural de un consenso normativo básico dentro de una comunidad universitaria respecto de su naturaleza, fines y funciones. La principal virtud de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México es que cuenta con ello: la idea del acceso universal a una educación superior de alto nivel como bien público. Si ello es así, el autogobierno universitario será el resultado de la siguiente proyección de principios:

Derechos con obligaciones.
Flexibilidad con exigencia.
Innovación con funcionalidad.
Colegialidad con resolución.
Evaluación con transparencia.
Descentralización con gobernabilidad.

La tarea de nuestra generación no sólo consiste en defender la idea del gobierno universitario sino también en la defensa de la educación pública. La UACM está llamada a convertirse en la plataforma histórica a partir de la cual se demuestre que es posible el acceso universal a una educación superior de alto nivel, del mayor rigor y exigencia académica. Llamamos a la comunidad universitaria a sumarse a este posicionamiento y a debatir públicamente, sin dogmas ni sectarismos, el futuro de nuestra universidad.

Cuautepec, México, DF, mayo de 2011.

martes, 17 de mayo de 2011

Universitarios por una Autonomía Responsable en el auditorio del Plantel del Valle

Universitarios por una Autonomía Responsable

Universitarios por una Autonomía Responsable

A la Comunidad Universitaria
Por una Autonomía Responsable en la UACM

La UACM atraviesa actualmente la crisis más importante desde su fundación hace diez años. Al interior de nuestra universidad, las relaciones de respeto, tolerancia y confianza que nos debemos entre universitarios se han fracturado. Hacia el exterior se ha creado -de manera artificial e interesada- la percepción en ciertos sectores de la opinión pública de que dos modelos de universidad están en juego en la presente coyuntura: uno de ellos popular y democrático y el otro tecnocrático y eficientista. Las cosas no son de esta manera. Ningún miembro en la comunidad en su sano juicio se ha pronunciado por privatizar o mercantilizar la educación pública, crítica, científica y humanista que imparte nuestra universidad para los y las jóvenes más desfavorecidos de la ciudad de México. La comunidad universitaria de la UACM goza de una pluralidad, una vitalidad y una diversidad de historias, formaciones y trayectorias personales y colectivas irreductible a cualquier descalificación fácil y demagógica. Nuestra diversidad no es un signo de nuestra flaqueza sino de nuestra fortaleza.
En esta difícil etapa que atraviesa nuestra universidad tenemos que hacer un alto en el camino para reconocer nuestros haberes y nuestros deberes. Ni estamos tan mal como algunos sostienen ni tan bien como otros presumen. Para tener claridad del piso en el que estamos, tenemos que llevar a cabo una evaluación serena, fundamentada pedagógica y filosóficamente, que haga uso de técnicas y métodos cualitativos y cuantitativos, que nos lleve a encontrar evidencias firmes e inobjetables que nos revelen en dónde estamos, qué hemos hecho bien, qué no hemos hecho, y qué debemos mejorar o rectificar. En este marco, debemos  dejar de lado cualquier actitud de autocomplacencia o de victimismo. La UACM es un proyecto educativo, académico y cultural que requiere de generosidad, altura de miras, tolerancia, sentido de la convicción y de la responsabilidad, si es que queremos seguir siendo una alternativa educativa para los jóvenes de nuestra ciudad y si es que deseamos seguir gozando de la confianza que han depositado en nosotros miles de capitalinos.
Quienes suscribimos este pronunciamiento –cientos de profesores, estudiantes y administrativos de todas las carreras y planteles de la UACM- pensamos que la mejor forma de defender nuestra autonomía es mediante el ejercicio responsable de la crítica y la autocrítica, la cual nos permitirá transparentar nuestros procesos y procedimientos y rendir cuentas ante la sociedad sobre el camino avanzado y sobre el trecho que falta por recorrer. Para nosotros, la defensa académica de la UACM en esta coyuntura pasa, necesariamente, por los siguientes ejes rectores:
·         Defender la autonomía universitaria como el principio básico que permite autogobernarnos a fin de decidir de manera libre y responsable nuestros programas y planes de estudio; nuestra política de investigación y difusión cultural; y el uso, destino y transparencia de los recursos económicos que recibimos del erario público. Al mismo tiempo, la Autonomía de nuestra universidad debe ejercerse no solamente con respecto a los gobiernos federal y de la ciudad de México, sino también respecto de los intereses de los partidos políticos nacionales, que tienen su propia agenda política ajena a los fines educativos de esta institución. La UACM debe ser inmune a cualquier presión externa a fin de concentrar sus esfuerzos en sus funciones sustantivas: docencia, investigación y extensión de la cultura.
·         Defender la institucionalidad y los procedimientos establecidos en la UACM como el camino legítimo y legal con el que contamos los universitarios para resolver nuestras diferencias, enfrentar las tareas comunes y llevar a cabo los cambios que requiere la institución. De ninguna manera la vía institucional puede ser sinónimo de inmovilismo ni tampoco de defensa del status quo. En este marco, el Consejo Universitario juega un papel fundamental como la vía que nos hemos dado la pluralidad de la comunidad universitaria para procesar los diagnósticos que los diversos sectores de la comunidad están haciendo y seguirán realizando sobre la universidad y para conducir cada una de las etapas que nos llevarán hacia el Congreso General Universitario.
·         Mantener abiertas las instalaciones, los salones de clase, los laboratorios, los auditorios, las oficinas administrativas, los cubículos académicos, las áreas comunes y los estacionamientos de todos los planteles y/o edificios públicos de la UACM a fin de que las actividades cotidianas y permanentes de la institución no se vean interrumpidas por ningún motivo o circunstancia. El costo de cerrar las instalaciones es altísimo, sobre todo para los estudiantes de la universidad. No debemos cerrar ni un solo día las puertas de esta universidad pública.
·        Consolidar la vida académica de nuestra universidad mediante diagnósticos que nos permitan evaluar y políticas que nos ayuden a mejorar: la relación entre docencia e investigación, los procesos de registro y certificación, los métodos de aprendizaje, el desempeño académicos de estudiantes y profesores de la UACM, la investigación realizada en la institución, la política editorial y las publicaciones, así como la difusión y extensión de la cultura.
Por todo lo anterior, exhortamos a la comunidad universitaria, en especial al Consejo Universitario, a evitar cualquier postura reduccionista o maniquea, a fin de propiciar, entre todos, la transformación y consolidación académica de la UACM dentro de las vías legales vigentes en nuestra universidad.
A t e n t a m e n t e
“Nada Humano me es Ajeno”
Universitarios por la Autonomía Responsable

La Universidad que necesita la Ciudad de México: Dra. Esther Orozco

El respeto a la decisión de suspender el embarazo y el reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo coloca a la Ciudad de México entre las urbes del siglo XXI con una mirada más equitativa y humana; sin embargo tiene pendiente el reto de abrir más espacios para la formación de ciudadanas y ciudadanos críticos con conocimientos sólidos, capaces de construir una sociedad sin pobreza ni ignorancia. Apenas hace diez años, nuestra ciudad inauguró su Universidad, la Autónoma de la Ciudad de México (UACM).
Desde su inicio, se planteó como una institución alternativa que formara estudiantes con conocimientos humanistas y científicos, con conciencia de los problemas sociales y herramientas para trazar los mejores caminos para resolverlos. Tarea difícil en tiempos del apogeo de la mentira y la violencia. Para acometerla, se requiere de la convicción de que la universidad debe ser, por antonomasia, el espacio en donde crezca la brizna de hierba que irradie el verdor de esperanza que necesita el país; para lograrlo, necesitamos que la simulación y la autocomplacencia queden fuera de ella. Los y las maestras son la piedra angular de esta tarea. No significa que sean los responsables únicos de la educación y, menos aún, de los fracasos que se tengan en algunos programas. Las instituciones deben proveer las estructuras para que se lleve a cabo la misión más importante de la sociedad: formar a las nuevas generaciones. Sin esto, la educación que necesitamos se vuelve tarea imposible por muy buenos maestros que se tengan.
En la UACM tenemos, además, el reto de crecer académicamente para responder con pertinencia y excelencia a los problemas de la ciudad. Nuestro compromiso es convertirnos en una institución con capacidad científica, tecnológica, artística y humanista que responda con rapidez y efectividad a los fenómenos naturales que nos acechan, a la necesidad de vivienda y de mejorar el tráfico vehicular, la administración pública, las tecnologías, la salud y el medio ambiente, y a la permanente necesidad de crear arte, cultura y educación para todos y todas.
Reconocemos la crisis que estamos viviendo como producto del crecimiento y la necesidad de hacer correcciones en el camino. Hoy somos muchos los uacemitas comprometidos con el gran trabajo que nos encomendó la sociedad. No aspiramos a la perfección, pero sí a realizar nuestra tarea con excelencia, poniendo nuestra inteligencia, capacidad y corazón. El sábado, en un reportaje en Excélsior, se mencionaron a unos cuantos profesores-investigadores de la UACM miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), pero es una muestra muy pequeña: tenemos cerca de 100 miembros del SNI y también cientos de profesores que imparten docencia de alta calidad, aun cuando no estén en el SNI. Hay profesores que no tienen licenciatura, sin embargo, esto se ha ido resolviendo, porque los propios maestros se están ocupando de obtener su título. Tenemos, como todas las instituciones, problemas con profesores con dobles tiempos completos, lo que ya ha sido abordado por el Consejo Universitario. Hacer que todos y todas cumplamos lo que marca la ley y el estatuto de la UACM es responsabilidad del abogado general y de la Contraloría General, no de la Rectoría.
La UACM está próxima a realizar su segundo Congreso, en el que la comunidad universitaria analizará la situación académica de nuestra institución, debatirá y planteará los caminos que hemos de seguir para consolidarla como una universidad de alto rigor académico, con un modelo educativo alternativo y generoso. Queremos que cumpla su destino como la gran Universidad Autónoma de la Ciudad de México, del país y de América Lati na, pero  requerimos unidad, compromiso y trabajo para construir la institución que anhelamos y que necesita nuestra ciudad capital.

*La autora es científica y Rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México

Pronunciamiento de Iris Gómez Flores, alumna de la licenciatura en Ciencia Política y Administración Urbana

Iris Flores
Universitarios por un autonomía responsable
“Pienso, luego exijo”

A toda la comunidad Universitaria:
Mayo 10 de 2011

Hace apenas unos cinco o seis años, solía preguntarme en mis tiempos de ocio y locura qué significado tendría pertenecer a una universidad, qué sentido tendría ser universitario, qué aprendería, y a quién conocería; pero sobre todo, me cuestionaba qué impacto tendría este nuevo proceso en mi vida como mujer, hija, hermana y amiga. Acaso ¿habría algún cambio en mí? Como a todos, lo nuevo me daba mucho miedo, pero también me llenaba de emoción, sabía que podrían pasar cosas buenas y malas; y sin embargo mi sed de conocimiento me llevó a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, ¿por qué? No lo sé, no obstante no me arrepiento; al contrario, haber llegado a esta gran casa de estudios es lo mejor que me pudo pasar en mi vida. La UACM ha marcado mi vida de forma permanente, pues es a partir de mi ingreso a la universidad cuando salí de la “caverna” descrita por Platón en su famosa “alegoría”, y así como el esclavo tuvo la oportunidad de ver esas sombras y admirar al sol en todo su esplendor, yo también tuve la oportunidad de descubrir cosas maravillosas que solo en la universidad se pueden conocer, cosas que cambiaron mi forma de pensar, ver y sentir el mundo; por esto y otras tantas cosas más, me siento en la obligación de alzar la voz y expresar lo que piensa una universitaria como yo.
Me siento muy orgullosa de pertenecer a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, de verla crecer y desarrollarse, pero sobre todo de formar parte activa de ese crecimiento como institución sólida. La UACM desde su nacimiento fue vista como un proyecto valioso en los ámbitos sociales, políticos y culturales para la Ciudad de México; grande en infraestructura y estructura; majestuosa en tanto proyecto académico; de respeto por todos los profesores y administrativos que en ella trabajan; y sobresaliente por todos los alumnos que en ella estudian; no obstante nuestra universidad aun está en proceso de consolidación pues es una institución joven, pero no por eso adolece de legitimidad.
Su construcción ha sido siempre en tema de debate. Tanto que el día de hoy nos vemos inmersos en una coyuntura muy importante que atraviesa, tanto la vida de la UACM, como la nuestra. Una coyuntura que amenaza con destruir este noble proyecto educativo. Sin embargo, no vale la pena volver a mencionar todos los sucesos que desencadenaron este malestar mediático que solo lastima el nombre de nuestra institución; lo importante en estos momentos es preguntarnos ¿Cómo vamos a salir de este embrollo político? ¿Qué camino es el que debemos seguir?, ¿Qué opciones debemos consolidar? Y sobre todo ¿hacia dónde queremos llevar a nuestra universidad?
Es fundamental valorar lo bueno y malo de nuestra institución, así como revisar los errores y corregir las fallas, auto-evaluar y auto-criticar, resolver e instaurar, ordenar y trabajar, todo en un ámbito de respeto y tolerancia a los diversos puntos de vista de los grupos o sectores estudiantiles y académicos que se han formado a raíz de todo lo que antecede este escrito; sin descalificar, ni gritar; sin promulgar verdades absolutas, ni fraudes imaginarios; todos en un mismo camino de legalidad e institucionalidad.
Lo anterior trae como resultado el respeto a nuestra institución que supone evitar a toda costa el cierre y clausura de los planteles, oficinas y centros educativos, así como asumir la obligación de promover e incitar al diálogo y debate, con el único fin de dar voz a la pluralidad de opiniones que aún no han sido escuchadas. Además (y rescatando algunos puntos ya expuestos por profesores) es importante defender nuestra autonomía universitaria, pues es el único medio legal que tenemos como universitarios para poder autogobernarnos de forma libre y responsable; también es importante defender nuestras instituciones y los órganos que legal y legítimamente nos representan, como nuestro Consejo Universitario. De igual forma es importante impulsar la consolidación de la vida académica y la investigación fortaleciendo la planta docente comprometida, actualizada y productiva con su trabajo, esto es aquellos que se han comprometido con educar y preparar a los futuros licenciados e ingenieros que como parte de la consolidación de Nuestro proyecto universitario, saldrán a involucrarse, explicar, analizar y/o transformar la realidad social. También es sumamente necesario dar apoyo a todos los grupos de estudio e investigación que se han estado formando por parte de estudiantes que están comprometidos con su entorno académico y social, pero sobre todo el apoyo de aquellos alumnos que no cuentan con la infraestructura física y de recursos necesaria para el crecimiento de sus actividades académicas, lo anterior conlleva a ejercer una responsabilidad de trasparencia en torno a los recursos económicos para su máximo aprovechamiento.
Finalmente, y concluyo con esta reflexión que –ya se ha empezado- pero que vale la pena recalcar, y es: la necesidad de dejar a un lado el conflicto y las discrepancias que todos tenemos en torno a esta coyuntura, y lograr involucrarnos de forma responsable y crítica a este proceso de consolidación (y no de crisis) que está atravesando nuestra universidad, por lo que invito a todos los que integramos la comunidad universitaria (profesores, alumnos, trabajadores y administrativos) a reflexionar sobre lo que hemos hecho, lo que no hemos hecho y sobre todo lo que podemos y debemos llegar a hacer a favor de nuestra universidad.
Nosotros como universitarios, le debemos mucho a la UACM es el momento de retribuirle un poco de todo lo que nos ha dado. Sólo piensen por un instante en lo que han ganado por ser de los pocos ciudadanos que tienen el honor de estudiar el nivel superior, del conocimiento que ahora tienen por estar en la aulas y en convivencia directa con profesores capacitados y entregados a su trabajo; en lo personal y respondiendo a la pregunta que hice en un principio, esta institución cambió todo en mi vida, he conocido personas que han marcado mi vida, en el buen sentido y (también, porque no) en el mal sentido de la palabra, he debatido con compañeros y profesores que rebasan mi perspectiva del conocimiento, he aprendido a vivir de forma responsable y autónoma ¿mi vida cambio? Sí. Ahora ¿Por qué no he de ayudar a cambiar y mejorar mi universidad?

A T E N T A M E N T E

Esperanza Iris Gómez Flores

Alumna y Tesista de la Carrera de Ciencia Política y Administración Urbana

“Estudiantes somos y en las aulas nos encontramos”

sábado, 7 de mayo de 2011

Posicionamiento de Universitarios por la Autonomía Responsable en el Consejo Universitario

Videos del pronunciamiento de Universitarios por la Autonomía Responsable en el seno del Consejo Universitario




UNIVERSITARIOS POR LA AUTONOMÍA RESPONSABLE

viernes, 6 de mayo de 2011

¿Por qué Universitarios por la Autonomía Responsable de la UACM?

Como parte de la Comunidad de la UACM deseamos que el principio de Autonomía sea ejercido a plenitud en nuestra Universidad, que intereses ajenos no interfieran ni obstaculicen la vida universitaria, y que en un marco de inclusión, deliberación y reflexión, sea la propia Comunidad la que decida el rumbo de la UACM.   

El artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que la AUTONOMÍA universitaria comprende la facultad y la RESPONSABILIDAD de la universidad de gobernarse a sí misma. La AUTONOMÍA universitaria significa no solamente la exclusión de todo interés ajeno a la universidad en la organización y el trabajo de la institución, sino también la RESPONSABILIDAD de que los universitarios instauren un autogobierno EFICAZ Y RESPONSABLE dentro de los marcos legales y vigentes.


 
  


Miguel Ángel Granados Chapa


Plaza Pública

A los 11 meses de su toma de posesión, la rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México expresó una valerosa y genuina posición crítica respecto de la comunidad que la eligió en mayo pasado con el 80 por ciento de los votos del Consejo Universitario. Renovado ese cuerpo, sus actuales integrantes y otros miembros de la comunidad universitaria han increpado, y me temo que doblegado, el legítimo intento de la rectora por serlo, es decir, de gobernar una institución que concreta un proyecto muy valioso de educación popular, que por lo mismo debe practicar la crítica y la autocrítica.
La rectora Orozco, una científica laureada y pertinaz participante en proyectos de educación superior, expuso el 4 de abril su parecer sobre la estructura (o mejor dicho la falta de tal estructura) de la Universidad, carente a su juicio "de reglas que normen el trabajo y la vida universitaria (lo que hace) casi imposible realizar cualquier tarea". En lo que fue apenas el esbozo de una reforma universitaria (que, por ejemplo, estableciera coordinaciones de licenciatura), la rectora anunció la próxima graduación de más de 300 estudiantes, cifra que es muy superior a la de 47 personas que se han titulado en la década inicial de esa institución.
Ciertamente, la obtención del grado no puede ser el único índice para medir el rendimiento de una institución universitaria, pero no se puede prescindir de él. La eficiencia terminal, expresión que tiene resonancias productivistas de mala reputación en algunos sectores universitarios, no puede ser eliminada de los criterios para evaluar el trabajo de una institución creada para dar una formación peculiar a sus estudiantes, meta que implica la obviedad de darles un formación.
El documento de la rectora Orozco, que simplemente manifiesta su propósito de cumplir el papel para el que fue elegida, es decir el de regir la vida académica, suscitó una reacción airada en algunos ámbitos de la UACM, que se condensó en la sesión del Consejo Universitario efectuada anteayer. Allí se puso de manifiesto la existencia de un conflicto estructural de competencias entre los dos principales órganos de la institución, la rectoría y el propio consejo. Éste hizo una especiosa interpretación de la fracción IV del artículo 5 de la ley orgánica de la Universidad. Del principio de colegialidad en las áreas académicas no se desprende subordinación de la rectoría al consejo.
De ese texto ("Las actividades y atribuciones de los responsables de las diversas áreas académicas y administrativas serán determinadas por los órganos colegiados correspondientes y estarán siempre supeditadas a los mismos y definidas en el Estatuto General Orgánico y los reglamentos respectivos") el Consejo Universitario infiere, sin congruencia lógica porque no se trata de una área académica, sino de la representación y el gobierno de toda la Universidad, que "la rectoría y su estructura administrativa están supeditadas al máximo órgano de gobierno".
En la sesión del lunes el consejo actuó con esa autoridad, de que él mismo se invistió, y reprendió a la rectora por haber expuesto su visión del estado que guarda la universidad capitalina. Le parece al consejo que la crítica de la rectora daña la imagen pública de la UACM y la lesiona por no reconocer como autoridad suprema al propio consejo. Con autoritarismo propio del Politburó, ordenó a la rectora "que antes de emitir cualquier comunicado público referente a la Universidad, lo someta a la consideración de la Comisión de Difusión, Extensión y Cooperación Universitaria del Consejo Universitario para sus observaciones y aprobación". De esa perentoria instrucción resulta que la rectora dependerá ya no digamos del órgano colegiado, sino de una de sus comisiones.
Sin embargo, el consejo no pudo permanecer ajeno a la preocupación central de la rectora Orozco y se comprometió a desarrollar un "diagnóstico participativo", que sea uno de los insumos para una "metaevaluación de la Universidad" practicada por una comisión especial que "recupere los documentos de diagnóstico que ha producido la institución en todos sus niveles".
El documento de la rectora fue emitido poco después de que se evitó una trastada legislativa, una trampa urdida por la minirrepresentación priista en la Asamblea Legislativa del DF. En ese espacio, donde no ha habido la atención necesaria para conocer y satisfacer los reclamos financieros de la Universidad, surgió un artificial interés por su estructura interna. Se propuso establecer la reelección de quien ocupe la rectoría, por una sola vez, a diferencia del riguroso mecanismo que ahora la impide. A pesar del expreso rechazo de la rectora a esa enmienda, se le atribuye haberla patrocinado.
La Universidad practicó ya ese régimen. La rectora Orozco es la segunda titular de ese cargo. Durante los 10 años anteriores lo ocupó el ingeniero Manuel Pérez Rocha, que mediante una empeñosa gestión sentó las bases del inicial desarrollo de la institución. Legítimamente celoso de su obra, Pérez Rocha dirigió un regaño público a su sucesora. Como experimentado académico y crítico de la educación superior, Pérez Rocha tiene todo el derecho de examinar lo que ocurra en la institución, pero no el de convertirse en supervisor de las acciones y actitudes de quien ahora ocupa la rectoría. De haber tenido antecesores, el propio ex rector hubiera rechazado la injerencia en sus labores. Cada quien en su tiempo ejerce las responsabilidades que le competen.

Otras voces UACM

Axel Didriksson

El cambio en la UACM

Por fin, después de 10 años, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) se ha abierto a la discusión sobre sí misma. Tan sólo por eso valió la pena la acción emprendida por su rectora, la doctora Esther Orozco, al dar a conocer su opinión y algunos datos relevantes respecto del desempeño de esta emblemática universidad para el Distrito Federal y para el país.
No puede ser que cualquier intento de opinión sobre la UACM sea considerado atentatorio contra su autonomía, un acto reaccionario en contra de un proyecto popular. Una universidad que se cierra a sí misma, aunque esté en “construcción” (la esencia de cualquier universidad que se digne de serlo es que se proponga el cambio y la superación permanentes), deja de serlo. La universidad debe estar abierta a la reflexión crítica hacia adentro y hacia afuera, expresar sus distintas posturas (creer que en una universidad debe prevalecer una sola idea sobre ella es totalmente equivocado) e innovar, porque si esto no ocurre se convierte en algo más parecido a una Iglesia, y va en contra de su misión central, que es la de generar nuevos conocimientos, impulsar la creación intelectual, practicar la investigación y la docencia, construir una sólida reflexión teórica y lingüística, y aportar a la sociedad  una cultura universal.
No conoce la realidad de la educación superior quien afirme que la UACM es única y que su modelo es socialmente democratizador o popular, como si estuviera en una burbuja de cristal.  Con más años a cuestas, la gran mayoría de las universidades públicas, federales y estatales del país, están al tope de estudiantes de bajos ingresos, cobran cuotas muy simbólicas, se mantienen por la vía del subsidio del Estado (con todo y que éste no se halle a la altura de sus requerimientos de crecimiento, de calidad y de protección), realizan el mayor de los esfuerzos por mantener un modelo educativo de bien público, laico, científico, humanista, universalista  y comprometido con la sociedad. En la gran mayoría de las universidades públicas hay maestros y estudiantes críticos que se organizan para defender su derecho a la libre expresión de sus ideas y teorías. Por supuesto, también entre la gran mayoría de ellas hay diferencias notables en su desarrollo, y en la producción y transferencia de conocimientos para la solución de problemas fundamentales del  país y de la vida en general.
En todo caso, la peculiaridad de la UACM frente a  las restantes universidades públicas está en  su mecanismo de ingreso a licenciatura, que es mediante un sorteo ante notario público. El mecanismo aparece como equitativo, pero también es desigual. Otra de sus características es que mientras  las universidades públicas del país participan en redes y estructuras colegiadas y de discusión, la UACM se ha mantenido como  ensimismada, enclaustrada, sobreprotegida. 
Ojalá en las próximas semanas la sociedad y los interesados podamos conocer un diagnóstico más detallado sobre la realidad de esta universidad, así  como las posturas y propuestas que puedan surgir para avanzar en un proyecto de consolidación de otros 10 años y más, desde la alternativa que su propia comunidad decida, y ojalá que esto sea desde una perspectiva de la que ha carecido: su autocrítica. 
El gran tema es que la UACM  se ha decidido a dar la cara a la sociedad, y habrá que seguir así,  para debatir a fondo sobre la terrible situación que padece tanto ella como el conjunto del sistema de educación superior, de ciencia y tecnología. Porque debe decirse con claridad que, desafortunadamente,  no todas las universidades (como debería ocurrir) responden a cabalidad a las demandas que día a día les hace la sociedad,  y porque algunas son sumisas ante el poder y negocian miserias, cuando el país se resquebraja, y sólo unas cuantas voces se atreven a decir las cosas por su nombre. 
Me parece exagerado pensar que hay una disputa por apropiarse de la UACM (¿quién estaría dispuesto a entrarle a sacarse la rifa del tigre?). Lo que ocurre es casi como  envidiable, porque  se ha abierto la caja de Pandora para que se reconstruya  entre la comunidad universitaria el tejido fino sobre un  proyecto académico en marcha, y esto, desafortunadamente, no pasa en la gran mayoría de nuestras universidades. 
Esto no vulnera para nada su autonomía, y en todo caso muchos universitarios saldrían en la defensa de la misma si tal situación se llegara a presentar. Allí no está el centro del problema, como lo creen los que piensan que a la UACM  no se  le puede  tocar  ni con el pétalo de una idea. 

Pronunciamiento Ingenierías y varias licenciaturas de la UACM

México, D.F. a 10 de abril del 2011.

“Desconfío de la incomunicabilidad; es la
fuente de toda violencia” Paul Sartre



Al Consejo Universitario
A la comunidad de la UACM

PRESENTES

Quienes suscriben la presente, estudiantes de licenciatura e Ingenierías, comprometidos con nuestra casa de estudios, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y su proyecto académico que le dio vida hace 10 años, queremos ratificar nuestro respaldo a los procesos de institucionalidad y a nuestros órganos de gobierno democráticamente electos.
Estamos conscientes que la UACM nos ha permitido ejercer nuestro derecho a la educación superior, por lo tanto, como estudiantes universitarios, nos corresponde asumir la obligación y responsabilidad de nuestra formación científica, crítica y humanística, dentro y fuera de los salones de clases, en las certificaciones y en los procesos de titulación, lo que nos permite dar continuidad a nuestra formación académica y profesional, y ante todo, contribuir a la consolidación de este proyecto académico.
Todos los universitarios comprometidos con la institución, nos encontramos en un momento determinante para romper con la inercia conformista y transitar a la consolidación del proyecto. De nada sirve negar los problemas comunes de nuestra universidad, por el contrario, su reconocimiento abre la puerta al dialogo, la discusión y la construcción de soluciones encaminadas a mejorar el ámbito docente y administrativo; el único camino para lograr los cambios necesarios, es la suma de esfuerzos de estudiantes, profesores, administrativos y órganos de gobierno, siempre atendiendo a la razón para dar paso a las acciones que permitan fortalecer y consolidar el proyecto académico de esta casa de estudios.
En ese sentido, nuestra universidad es un espacio donde caben todas las expresiones y no la cerrazón dogmática o ideológica. Como universitarios tenemos que privilegiar los argumentos sobre los actos de fuerza, el diálogo sobre los gritos, los hechos sobre los rumores, las propuestas sobre las descalificaciones, la razón sobre las pasiones, pero sobre todo la crítica y autocrítica sobre la autocomplacencia. Por lo que nos pronunciamos en contra de las prácticas inquisidoras que distan mucho del espíritu universitario de apoyo y cooperación mutua; ya que dichas prácticas generan un ambiente de confrontación que no aporta ninguna solución real a los graves retos de nuestra universidad.
En virtud de lo anterior, es fundamental señalar que la universidad es de todos los integrantes de esta comunidad, y nos debemos a la sociedad, por tanto, no puede estar a merced de ningún grupo faccioso que busca usarnos para satisfacer sus intereses, ajenos a la misión de la institución. Por eso, reiteramos el compromiso que tenemos con nuestra Universidad Autónoma de la Ciudad de México e invitamos a nuestros compañeros universitarios a sumarse y contribuir en este esfuerzo; con el trabajo que nos corresponde, como estudiantes, administrativos y profesores.


Por la consolidación de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México
Nada Humano me es ajeno


Estudiantes

Alejandro Triunfante Sarabia, Ciencia Política, Cuautepec; Alexandra Lozano Zúñiga, Ciencia Política, Tezonco; Ali Guerrero Álvarez, Historia y SC, Tezonco; Alma Delia Fragoso Magaña, 06-003-0290; Ana Galicia Soriano, Ciencia Política, Tezonco; Ana Irma Ludick Herrera, 04-003-1664; Ana Lilia López Guerrero, 07-003-0057, Tezonco; Anayelit Rendón Blanco, Arte y Patrimonio Cultural, Tezonco; Ariana Launizar Cárdenas, 06-003-0478; Arturo Orozco Venegas, 06-003-1128, Tezonco; Ayerim Patricia Ramírez Carrillo, Ciencia Política, Tezonco; Beatriz Gerardo Valdés, 06-003-0885; Cindy Pineda Reyes, 06-003-0295; Cristóbal Carballo, ISET; Cynthia Marín Chávez, Ciencia Política, Tezonco; Darwin Alfredo Villasana, Ciencia Política, Tezonco; David López Galicia, Ciencia Política, Tezonco; Diana Ordaz Juárez, 06-003, 0892, Tezonco; Dulce Yanely Jiménez Zacarías, 07-003-0794, Tezonco; Edgar López Rosas, Ciencia Política, Tezonco; Edgar Mariscal Ramírez, Historia y SC, Tezonco; Edith Franco Vargas, Ciencia Política; Tezonco; Edith García Gandarilla, 05-003-4350, Tezonco; Edna Ivonne Atayde, 05-003-3282, Tezonco; Emilio del Carmen López, Ciencia Política, Tezonco; Erandy Licet Pineda Molina, 04-003-1695;Fabiola Peinado Rosas, Historia y SC, Tezonco; Fernando David Márquez Reyes, Creación Literaria, Tezonco; Fluvia María del Carmen Chávez Chávez; Ciencia Política, Tezonco; Francisco Javier Roldan, 05-003-3810, Tezonco; Francisco Octavio Valadez Tapia, Ciencia Política, Tezonco; Gardelia Evillano Álvarez, 07-003-0906, Tezonco; Héctor Abraham de la Rosa Cruz, 05-003-4304, Tezonco; Iris Iliana Pérez Valdez, Promoción de la Salud, Casa Libertad; Isaac Jonathan Hurtado Aguirre, Ciencia Política, Cuautepec; Jairo Joanem Castillo González, Ciencia Política, Tezonco; Javier Alejandre Gutiérrez, 06-003-0104, Tezonco; Jessica Serrano Prudente, Ciencia Política, Tezonco; Jorge Alvarado Guevara, 05-003-2138, Tezonco; José Antonio Zamudio Gallardo, 06-003-0528, Tezonco; José Luis Muñoz Sles, Comunicación y Cultura, Tezonco; Juan Carlos Gómez Resendiz, Ciencia Política, Casa Libertad; Juan Jesús Gómez, 04-003-1075, Tezonco; Karla Hernández Rodríguez, 06-003-0864, Tezonco, Tezonco; Kevin A.Jiménez Gómez, 05-003-3579, Tezonco, Tezonco; L. Mónica Rocha Rodríguez, 04-003-1251; Luis Andrés Alcaraz Ibáñez, 05-003-4582, Tezonco; Luis Uriel Ulloa Ramírez, 07-003-0912, Tezonco; Magdalena González Danar, 05-003-2124, Tezonco; Marco A. Dorantes Martínez, 06-003-0858, Tezonco; Marco Antonio Martínez Loredo, ISET, Tezonco; Marcos Velásquez Garduño, Ciencia Política, Tezonco; Marícruz Sostenes Salgado, Comunicación y Cultura, Tezonco; María Bolaños Silvestre, 05-003-3918, Tezonco; María D. Vanesa Martínez López, Comunicación y Cultura, Tezonco; María del Consuelo Sánchez González, Ciencia Política, Tezonco; María Guadalupe Rivera León, 05-003-5071, Tezonco; María Teresa García, 06-003-0911, Tezonco; Mario López Téllez, Comunicación y Cultura, Tezonco; Marlenne Midori Medina Yáñez, 06-003-0416, Tezonco; Martha Fabiola Rivera Ortiz, Ciencia Política, Casa Libertad; Nataly Flores Loza, 06-003-1818, Tezonco; Norma Araceli Jiménez, 06-003-0430, Tezonco; Norma Cecilia Hernández Benítez, 06-003-0268, Tezonco; Oscar Jesús Hernández Copka, Ciencia Política, Tezonco; Perla E. Castañeda Archundia, Promoción de la Salud, Centro Histórico; Rafael Dávila Mendoza, 07-003-1411, Tezonco; Rigoberto Vázquez Vázquez, Ciencia Política, Tezonco; Ruth Vázquez Gómez, 05-003-3595, Tezonco; Salvador Godoy Leyva, 06-003-2314, Tezonco; Sandra Quezada Maciel, Ciencia Política, Tezonco; Sara Muñoz Mejía, Ciencia Política, Tezonco; Tania Nava Gutiérrez, 06-003-1327, Tezonco; Tonatiuh Hernández Smith, Ciencia Política, Cuautepec; Ubalde Erik Álvarez Pérez, 04-003-0907, Tezonco; Unagda P. González Rosales, 06-003-0434, Tezonco; Víctor Hugo Patiño Vázquez, Ciencia Política, Tezonco; Viridiana Vázquez Moreno, Ciencia Política, Tezonco; Xochilt Benítez Acosta, 07-003-0132, Tezonco; Yanet Carolina Pérez Galindo, 06-003-0561, Tezonco.

Pronunciamiento Programa Ambiental de la UACM

A la Comunidad de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México

Este es un llamado a la reflexión y al diálogo de toda la comunidad de la UACM y a quienes tienen la responsabilidad de tomar decisiones, nuestros órganos de gobierno.

Somos una comunidad de Mexicanos nacidos (la mayor parte) en México y producto de las políticas de educación de los gobiernos de las últimas décadas y de las instituciones que ofrecen educación superior (UNAM; IPN; UAM entre otras). Quiero decir con esto, que los miembros de la comunidad UACM ni nacimos en el día que se creó la UACM ni somos “químicamente puros” en cuestiones ideológicas, y que ingresamos a la UACM con el bagage personal y de grupo de toda nuestra existencia y por lo tanto debemos reconocer que somos muchas minorías.

Me voy a referir a “muchos” porque es difícil saber datos exactos del sentir de la comunidad porque no se ha hecho una encuesta ni hemos tenido foros para contar exactamente. Entonces” muchos” porque ni siquiera sabré si es mayoría.

Muchos en la UACM manifestamos inconformidad con el estado actual de la Educación en México y la necesidad de avanzar en un proyecto diferente.

A Muchos nos ha acogido el Proyecto de la UACM con el que estamos de acuerdo y conscientes de que es difícil el cambio pero sería injusto no intentarlo, aunque, estrictamente hablando pudiera decirse que el modelo alternativo de la UACM fue impuesto, por la Asamblea Legislativa del Gobierno del Distrito Federal a propuesta de un grupo de notables académicos y científicos miembros del “Consejo Asesor” de la UACM en sus primeros años.

En estas condiciones, muchos, aceptamos y nos involucramos en un modelo que ofrecía ser alternativo en la educación superior y asumimos el compromiso de seguir en su construcción. Durante diez años hemos construido la UACM que soñamos y el resultado es la que tenemos con la participación de todos. Así, por años, hemos venido decidiendo y nos hemos engolocinado con las decisiones de grupos a falta de normatividad y estructuras.

Lo que existe, todos lo hemos construido durante diez años en asambleas, reuniones de coordinaciones: Académica, Certificación, Planeación, Colegio, planteles, enlaces, academia, comisiones, pasando por el Consejo General Interno que sentó las bases del Consejo Universitario (CU) y comisiones del mismo.

El Consejo Universitario tiene paridad de representación (dos consejeros titulares y dos suplentes estudiantes e igual número de profesores por colegio y plantel)

Este Consejo Universitario, nombró a la Dra. Esther Orozco Orozco, Rectora hace un año, de acuerdo al Estatuto General Orgánico (EGO), que el mismo Consejo Universitario había aprobado unos días antes. En el EGO está perfectamente normado lo que un Rector puede y/o no hacer y UN RECTOR NO PUEDE CAMBIAR UNILATERALMENTE EL MODELO DE UNIVERSIDAD QUE APROBÓ EL CONSEJO UNIVERSITARIO.

Sabemos que hay cosas del modelo que funcionan y que hay cosas del mismo modelo que no funcionan y desearíamos cambiarlas. Todos las conocemos y todos somos responsables.
Si entre todos las hemos construido ¿Por qué el conflicto del mes de abril del 2011?
Curiosamente, la crisis se desencadena por:
1. La propuesta del diputado priista Octavio West Silva para modificar el estatuto General Orgánico de la UACM que no prosperó ni podría por que no es de su competencia,
2. La respuesta de la Dra. Orozco difundida en los periódicos La Jornada y Reforma ha sido rechazada por una parte de la comunidad y comentada por analistas políticos, a favor y en contra. Quienes están en contra argumentan el desconocimiento de la existencia de un diagnóstico y de existir éste, la metodología usada para realizarlo, al mismo tiempo la forma no consultada para difundir la situación. El documento ha sido rechazado pero no desmentido.
3. La respuesta exacerbada de una parte de la comunidad debido a la información desvirtuada que se maneja (me consta, resultado de preguntas en el aula a estudiantes y trabajadores) y es que, se sospecha y a veces se afirma que la intervención de la asamblea se debe a solicitud de la rectora por que quiere reelegirse, además, se dice, que dijo que el I. Q. de los estudiantes de la UACM es más bajo que el de otras universidades, cosa que nunca dijo.
4. Se califica a la Rectora de neoliberal, (desde su candidatura al cargo), esta vez porque cita indicadores que ya se manejaban desde el informe del Rector anterior (entregado al CU el 18 de marzo del 2010).
5. Este manejo de sospechas, calificaciones, descalificaciones y juicios de valor han provocado que grupos de fuera y de dentro de la UACM soliciten la revocación de mandato de la Rectora.

Ante esta situación me pregunto:

¿Quién o de que forma se decide que es lo que conviene que la sociedad conozca o no de la UACM?¿Que es bueno y que es malo? ¿de acuerdo con quien?

¿Revocando el mandato de la o los rectores futuros vamos a expiar las culpas de nuestro desempeño colectivo pasado?

¿Es con la revocación del mandato como se resuelve una problemática que hemos construido y fomentado en diez años?

¿Será que la comunidad UACM en lo futuro, también, tratará de resolver la problemática cortando cabezas (claro, metafóricamente hablando), es decir desapareciendo al “otro” por no estar de acuerdo con lo que dice o por que no lo sometió a debate o no pidió permiso para decirlo? Aunque no lo prevé la normatividad?

¿Es esta práctica de destitución de rectores, como vamos a defender la universidad que nosotros mismos construimos y es así como vamos a pasar a la historia?

¿Vamos a vivir una universidad en eterna crisis que tenga que recurrir a la “desaparición”, por medio de revocación de cada rector que elige por que no piensa como algunos quisieran?

Hasta ahora hemos sido consecuentes entre el discurso, la teoría en el aula y nuestro comportamiento tolerante y respetuoso al diferente ¿vamos a cambiar?

También me pregunto si ya existe en la UACM un acuerdo para la cobertura informativa, similar a al acuerdo de televisa-Canal 13 para no difundir información inconveniente? ¿Será que ya existe un grupo de “levanta cejas de izquierda”?.

En cuanto a la orientación de la investigación: Si el gobierno no invierte en investigación y contamos con los investigadores, para realizarla en nuestra universidad ¿Quién o quienes decidirán las líneas de investigación? ¿Quién, quienes o que instancia va a, orientar o decidir la participación conjunta? Quien decidirá con que países e instituciones si y con cuales no? ¿Quién o quienes sancionarán el financiamiento para cada línea de investigación?, ¿en dónde encontraremos un país, institución o instancia que no sea neoliberal en un mundo globalizado para sólo hacer contacto con ellos?
Podremos desde una instancia burocrática impedir el desarrollo de investigaciones sociales, económicas, tecnológica y/o científicas por cuestiones ideológicas? No lo califico, solo lo pregunto.

Por los acontecimientos de esta crisis que vivimos se prendieron los focos rojos de nuestra realidad, mismos que nos revelan que es preciso que actuemos con inteligencia.

Tengo la firme convicción que somos afortunados en estar construyendo nuestra Universidad, tenemos que asumirlo y no avergonzarnos. Que no sea la intolerancia y el odio lo que siga fomentándose. Eso sí sería una vergüenza.



Susana Sánchez González
Profesora-investigadora
Programa ambiental de la UACM
Plantel Cuautepec y
Miembro del Primer Consejo Universitario.

Por una Reforma Acdémica en la UACM

A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
POR UNA REFORMA ACADÉMICA EN LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Nuestro país atraviesa una crisis de grandes magnitudes: pobreza, desigualdad, desempleo, injusticia, impunidad y violencia. Ante este panorama tan desolador, la educación debe ser el principal medio para incidir en la transformación y el desarrollo de México. Sin embargo, hay millones de jóvenes en edad productiva excluidos de la educación superior y, por lo tanto, de la posibilidad de superar esta pobreza, desempleo y desigualdad social.
La Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) nace –hace 10 años– como un proyecto académico que busca enfrentar el rezago educativo a nivel superior de los últimos treinta años en la ciudad. Se trata de la primera universidad pública de la zona metropolitana no tutelada por la Federación. La primera etapa de construcción de la Universidad sentó las bases preliminares para la vida académica de una comunidad que se estructuró desde una diversidad de perspectivas que hoy identifican nuestra institución.
La construcción de nuestra Universidad no ha sido fácil. Desde sus inicios, ésta enfrentó todo tipo de limitaciones y cuestionamientos que buscaban disminuirla como una alternativa académica considerándola un programa clientelar. No obstante, nuestra universidad ha cumplido diez años demostrando la importancia de apostar a la educación y a la libertad de los individuos más que a la violencia y al desgarramiento del tejido social. La UACM debe establecer como prioridad ser una institución que instruya, eduque y forme a los ciudadanos que han de mejorar la ciudad y el país. La Universidad no puede ser una institución política. Debe cuidar que nada desvirtúe sus propósitos y funciones de impartir educación superior de calidad y organizar la investigación científica. La Universidad es un espacio para cultivar la ciencia, las humanidades y la cultura.
Hoy resulta fundamental hacer un alto en el camino para valorar las virtudes de este noble proyecto, así como para revisar y corregir nuestros errores. Pero, de ninguna manera, este ejercicio autocrítico nos debe llevar a descalificar la trascendencia de nuestro proyecto y su valor social. Es por ello que hacemos un llamado a todos y cada uno de los sectores que conforman la comunidad universitaria de la UACM para que asumamos con responsabilidad y decoro la tarea de fortalecer lo que nos une y compromete.
Reconocemos que el Consejo Universitario es el órgano colegiado que tiene la representatividad en la Universidad, constituido sobre fundamentos de paridad entre estudiantes y académicos con representación del sector administrativo. En el Consejo Universitario se encuentran reflejados todos los sectores que avalan la diversidad que nos vitaliza. Como máximo órgano de gobierno, el Consejo Universitario tiene las facultades de expedir todas las normas y disposiciones generales encaminadas a nuestra mejor organización y funcionamiento.
El momento de confrontación en que nos encontramos exhibe, por un lado, grupos que buscan imponerse sobre la institucionalidad y, por otro, declaraciones públicas que desestiman los logros y avances de la Universidad. Sin embargo, estas posiciones no representan todas las voces, ni son la comunidad completa. Dentro de la pluralidad de nuestra comunidad, quienes nos expresamos, consideramos –con pleno respeto a la discrepancia– que no debemos trastocar el orden legal de la Universidad ni cerrar los ojos a los verdaderos desafíos de transformación académica que están de fondo.
La necesidad de revisar nuestra Universidad es impostergable, pero ello exige respuestas a través de mecanismos institucionales. De acuerdo con el Estatuto General Orgánico, los universitarios discutiremos en un Congreso Universitario la estructura de la organización académica que habremos de darnos para fortalecer nuestro modelo educativo.
El Congreso Universitario es el espacio propicio para discutir amplia, plural y democráticamente la estructura académica y administrativa que mejor convenga para el cumplimiento de los fines de la Universidad. De él emanarán las propuestas de la comunidad con las que el Consejo Universitario, como máximo órgano de gobierno de la UACM, podrá emprender las reformas legales pertinentes.
Debemos reconocer que la Universidad Autónoma de la Ciudad de México aún opera con reglas incompletas. El fortalecimiento del modelo educativo de la universidad requiere fortalecer aquello que sostiene la vida colegiada y la pluralidad universitaria. Representa también el lugar para construir aquellos mecanismos institucionales que nos hacen falta para corregir el rumbo y robustecer a la institución.
El Congreso Universitario tendrá una agenda amplia y compleja que debe contemplar los siguientes ámbitos de trabajo:
• Fortalecimiento de la docencia y la investigación. Contar con una planta de profesores-investigadores sólida, comprometida, productiva y actualizada, que impulse y vigorice la educación continua, la vinculación, la investigación y la extensión universitarias.
• Apoyo a los procesos de aprendizaje. Brindar a los estudiantes una formación integral, de calidad, que les permita poseer una conciencia crítica y reflexiva, así como posibilidades efectivas de incorporarse en mercados laborales altamente competitivos.
• Normalización de las relaciones laborales. Establecer relaciones laborales integrales basadas en principios éticos y jurídicos que ayuden a prevenir conflictos y a optimizar los servicios que presta la Universidad.
• Promoción y protección de los derechos universitarios. Instituir un cuerpo imparcial y transparente que impulse un clima de respeto entre la comunidad, que proponga soluciones conciliatorias y emita recomendaciones a las autoridades universitarias que hayan incurrido en violación de los derechos de los miembros de la comunidad.
• Planeación integral para la consolidación y crecimiento de la infraestructura física y de recursos. Dotar a la Universidad de la infraestructura y recursos necesarios para la realización de las actividades académicas, implementando un sistema de absoluta rendición de cuentas para el uso de estos recursos.
Es indispensable reconocer que la Universidad Autónoma de la Ciudad de México se funda en valores democráticos como la pluralidad, la transparencia y la rendición de cuentas. Por ello debe estar siempre abierta a la crítica constructiva. No somos una isla ni podríamos pretender serlo.
El conflicto que vive nuestra Universidad no se resuelve con ajustes de cuentas personales, de grupos o intereses internos o externos. Dejemos a un lado el encono y el conflicto estéril que sólo dividen a la comunidad al interior y la debilitan hacia el exterior. Ha llegado el momento en el que toda la comunidad universitaria debe involucrarse en la consolidación de la UACM para fortalecer la educación como el camino más inteligente en la búsqueda de la libertad, justicia, igualdad y felicidad que se merecen nuestra ciudad y país.
NADA HUMANO ME ES AJENO

Profesores-Investigadores

Abel Villarreal Escobar
Adriana Carmona
Álvaro Aragón
Ángel Sermeño
Armando González
Arturo Santillana
Beatriz Hernández Abad
Blanca Estela Pérez M.
Cuauhtémoc Ochoa
Daniel Tacher
Daniela A. Gaxiola
Daniela Marino
David Gaytán Cabrera
Eduardo Flores Soto
Eduardo Zamarrón de León
Elena Lozanova
Elia Echeverría Arjonilla
Emilio Bravo
Enrique Carpio
Enrique Cruz Villagrán
Facundo González Bárcenas
Fidel Martínez
Gabriela Tapia
Georgina González
Gilberto Alvide


Jaime Díaz Marín
Jezreel Salazar Escalante
Gloria Luz Alejandre Ramírez
Guillermo Elías
H. Pilar Morales Lara
Homero Galán
Israel Covarrubias
Janitzio Villamar
Javier Alvarado Moguel
Javier Mancha
Jerónimo Repoll
Jesús Jasso
José Hernández
José María García Garduño
Julieta Marcone
Julio Zenil
Lourdes Marquina
Manuel Jesús Tec Canché
Marcela Quintero Ayala
Marco Aurelio García Barrios
Marco López Chimil
Marco Trejo
Marcos Hernández Rojo
María Alicia Pazos
María de Lourdes Marquina Sánchez
María Elena Pedraza
María Inés Pazos
María Xochitl González Loyola Pérez
Mario Espinosa García
Mauricio Álvarez
Mauricio Saez de Nanclares
Mayela Parra
Micaela Rosalinda Cruz Monje
Miguel López Ortigosa
Miguel Moreno Plata
Moisés Pérez Vega
Natalia Luna
Nivia Marina Brismat
Norma Angélica Gómez Méndez
Norma Garza
Patricia Díaz
Pedro Javier Meza Hernández
Pedro Ramos
Rafael Ángel Soto Mellado
Rafael Morales
Rebeca Reza Granados
Rodrigo Leyva Sánchez
Rogelio Mendoza
Rogelio Mendoza Pérez
Rogelio Mondragón
Rosa Ynes Alacio
Sandra Oceja Limón
Sergio Ortiz Leroux
Tania Carbajal
Tanius Karam
Víctor Delgadillo
Víctor Hugo Martínez


Estudiantes


Aída Araceli Barrera Almaraz
Alba Pérez López
Alberto Castro Oviedo
Alberto Espinoza Guzmán
Alberto Nicolás López
Alberto Pascual Morales
Alberto Plata Leyra
Aldo Daniel Méndez Cedillo
Alejandra Olea Caballero
Alejandro Pérez Costes
Alejandra Valeria Robles Sánchez
Alexander García Hernández
Alexandra Lozano Zúñiga
Alexis Bárcenas Ríos
Alfonso Rojas González
Alma Delia Fragoso Magaña
Alma Martínez San Román
Ana Gabriela Juárez Abad
Ana Galicia Soriano.
Ana Karen Almanza Guerrero
Ana Karen Hernández Pérez
Ana Karen Patiño Correa
Ana Karen Rosas Torres
Ana Lilia López Guerrero
Ana Patricia Rodríguez
Ana Itzel Rodríguez Conul
Anabell Camacho Solís
Andrea Gómez López
Anayelit Rendón Blanco
Anel Hernández Dorantes
Araceli Marín Noguez
Araceli V. Barba Escamilla
Ariana Launizar Cárdenas
Adriana Rangel Estrada
Arturo Orozco Vanegas
Ayelet Salgado Hernández
Ayerim Patricia Ramírez Carrillo
Beatriz Elena Palma Torres
Beatriz Gerardo Valdés
Bertha Campos Cazares
Carlos Alcántara
Carlos A. Mendiola Dueñas
Carmen Paulina Orozco Jiménez
Carmen Chávez Trejo
Christian Omar Bonilla Mendoza
Christopher Almaraz Martínez
Cindy Pineda Reyes
Cinthia Rivero Hernández
Citlali Stephany Pérez Luque
Claudia Karina Hernández Sánchez
Claudia Elizabeth Moreno Rodríguez
Crescencio Nieves Sánchez
Cristal Marian Rodríguez Alcántara
Cristian Ramírez Arreguin
Daniela Tapia Escobar
Darwin Alfredo Villasana Correa
David Gutiérrez
David López Galicia
David Velasco Ramírez
Diana Ordaz Juárez
Diego de la Vega Hernández
Dulce Jiménez Zacarías
Dulce Yanely Jiménez Sacarías
Edgar López Rosas
Edgar Mariscal Ramírez
Edith Franco Vargas
Edith García Gandarilla
Edith Rebollo Guadarrama
Edna Ivonne Atayde
Eduardo López Galicia
Eduardo Matías Monroy
Elizabeth Fabiola Salas Ríos
Elizabeth M. Ortega Martínez
Elizabeth Ramírez González
Emmanuel Lozada Ortiz
Emilio del Carmen López
Erandy Lizet Pineda Molina
Esperanza Iris Gómez Flores
Eva Patricia Álvarez Maldonado
Evelin Mendoza Barrera
Fabiola Janeth Peinado Rosas
Fabiola López Villega
Fabiola Montoya Hernández
Fabiola Peinado Rosas,
Fernando David Márquez Reyes
Fernando Martínez Cruz
Fidel Sinhue González Casas
Fluvia María del Carmen Chávez Chávez
Francisco Franco Arévalo
Francisco Javier Roldan
Francisco Octavio Valadez Tapia
Gabriela Hernández Corona
Gardelia Evillano Álvarez
Genaro Castro Osorio
Gerardo Mecalco
Giovanna Bolaños Rizo
Guadalupe Sarahi Patiño López
Guiovanni González Medrano
Guillermina Coronado González
Héctor Abraham de la Rosa Cruz
Héctor Zuriel Lara Olmos
Hugo Jara Quiroz
Iván Estrada Roldán
Irving Juárez Gómez
Ivonne Ramos Quezada
Ivonne Berenice Cruz García
Jairo Joanem Castillo González
Jaqueline Grecia Duarte Gutiérrez
Javier Alejandre Gutiérrez
Javier Roldan Carrillo
Jazmín Rocío Gaspar Lara
Jennifer S. Castillo Castillo
Jesi Parra Ramírez
Jessica Alvarado Zarate
Jessica Blando Rosas
Jessica Serrano Prudente
Jesús Alberto López Lazcano
José Carlos Chavira Cervantes
Jesús Coutiño Arteaga
Jesús Peres García
Jesús Saúl Atenco Espinoza
Joana Sarabia Nerí
Jorge Alvarado Guevara
Jonatan Reyes Pérez
José Adrian Bautista
José Antonio Zamudio Gallardo
José Domingo Hernández Camacho
José Luis Coronilla Beltrán
José Manuel Loyo Guadarrama
José Manuel Zúñiga Ortiz
José Roberto Chávez Ramírez
Josefina García Domínguez
Juan Carlos Salinas Robles
Juan Bollas Jiménez
Juan Jesús González
Julieta Guadalupe Morales Morales
Karelhy San Juan Martínez
Karen Nallely Coronel Chacón
Karen Liliana Resendiz Nicolás
Karla Hernández Rodríguez
Kathia Ivonne Zarza Ríos
Kavais Treichard Valdez
Kevin A Jiménez Gómez
L. Mónica Rocha Rodríguez
Laura Araceli Cortes Juárez
Laura Gómez Sánchez
Laura Guzmán Alonso
Laura Ruiz Cortes
Leticia Bran Guzmán
Leticia Ruiz Cortez
Lizbeth Dávila Bustamante
Liliana Flores Granados
López Jiménez Verónica
Lorena Velázquez Gallardo
Lourdes Adriana Rosete Aguilar
Lucia Ascensión Altamirano
Lucía Guerrero Martínez
Lucia Méndez Pérez
Lucía Peñalosa
Luis Felipe Cabañas Arbarran
Luis Juan Hernández Sepúlveda
Luis Manuel Pérez Gutiérrez
Luis Raúl Garduño Márquez
Luis Uriel Ulloa Ramírez
Magdalena González Quintanar
Manuel Alejandro Juárez Alejandre
Manuel Del la Rosa Hernández
Marcela García Roa
Marco A. Dorantes Martínez
Marcos Velásquez Garduño.
María Asunción Sánchez
María del Carmen Cortés Rivera
María del Carmen Salas Colín
María Dolores Vanesa Martínez López
María Guadalupe Rivera León
María Teresa García
Mariela Bolaños Silvestre
Mario A. Martínez Naranjo
Mario Sebastián López Téllez
Marlene Alvarado Escobar
Marlene Midori Medina Yáñez
Martin Basilio Marcelo
Martha Soledad Gracia Niño
Maura Liliana Morales Verdín
Maywalida Mata Sevilla
Melanie Jiménez Trejo
Melisa Méndez Romero
Meriveth Adriana Cruz Rivera
Miguel Díaz G.
Miguel Alberto Soledad Pasillos
Nancy Erika López Parra
Nataly Flores Loza
Nayara López Hernández
Nayeli Cruz Torres
Nayeli Leal Santiago
Noé Jiménez Salazar
Norma Karina Aguilar Villanueva
Norma Araceli Jiménez
Norma Cecilia Hernández Benítez
Norma Susana Romero Ortega
Octavio Morales Quiroz
Oscar Jesús Hernández Copka
Oscar Rosas Castro
Oscar Rosas Sánchez
Pamela Rodríguez Cortés
Pedro B. Castillo Velásquez
Perla E. Castañeda Archundia
Pamela Cedillo
Patricia García López
Patricia Nayeli Hernández Hernández
Patricia Sevilla Rojas
Rafael Dávila Mendoza
Raúl Quintana Santiago
Reyna Guadalupe Murillo Olvera
Reyna Maldonado
Reyna Mondragón Perez
Reynaldo Flores López
Rigoberto Vázquez Vázquez
Rodrigo Colín
Rodrigo Martínez
Rodrigo Reyes Herrera
Rolando Ismael Pérez Sosa
Rosa Hernández Osorio
Rosa Torres Padrón Huerta
Rosalba Gómez Ortiz
Rosalía Negrete Hernández
Rosy Tlacxani Jiménez
Roy Cecilio Mendoza
Rubén Omar García Cruz
Rubén Rebollan Villagómez
Ruth Vázquez Gómez
Said Alan Molina Peinado
Salvador Álvarez Jiménez
Salvador Godoy Layva
Samuel A. Cervantes G.
Sánchez Escalona Maribel
Sandra Leticia Berriel
Sandra Moreno
Sandra Quezada Maciel
Sara Muñoz Mejía
Saúl Alvares Pérez
Sodelva Eliana Pilar Rincón
Sonia Ensaústegui Ríos
Soto Toribio Aurora
Sharina Navarro Alderete
Tania Nava Gutiérrez
Tania Grisel Hernández Valdez
Tatiana Rosales Horta
Tonatiuh Hernández Smith
Ubaldo Erick Álvarez Pérez
Unayda P. González Rosales
Ulises Flores Benavides
Uribe Guzmán Gloria
Uriel Alcántara Elizalde
Uziel Morales García Carrera
Verónica Muñoz Barriga
Verónica Sánchez Huerta
Víctor Hugo Lemus Anguiano
Víctor Hugo Patiño Vázquez
Víctor Lozano Hernández
Vicente Colulas Gómez
Violeta Aguirre Sánchez
Viridiana Monserrat Peña Gutiérrez
Viridiana Vázquez Moreno
Xochilt Benítez Acosta
Yadira Santos Castellanos
Yaneli Marlene Cruz Morales
Yanet Carolina Pérez Galindo
Yohy Guzmán Telihuic

Piden académicos reforma en la UACM

Piden académicos reforma en UACM

Por Dalila Sarabia y con la información de Manuel Durán


(14-Abr-2011).-
Derivado de la crisis en la que se encuentra la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), un grupo de alumnos y profesores impulsan una reforma en la casa de estudios.
En los planteles de la institución circula un documento titulado "Por una reforma académica en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México", del que REFORMA tiene copia, en el cual se propone celebrar un Congreso Universitario en el que se pueda dar voz a todos los sectores de la comunidad.
En ese foro -para el cual ya emprendieron la recolección de firmas y proponerlo al Consejo Universitario- se abordarían los temas encaminados a la reforma.
Los académicos plantean que los temas que deberán apuntalar mediante la reforma son, entre otros, docencia e investigación, apoyo a los procesos de aprendizaje, normalización de las relaciones laborales, promoción y protección de los derechos universitarios.
La UACM se encuentra en medio de una polémica debido a que la Rectora, Esther Orozco, criticó los resultados y la vida interna de la Universidad.
El Consejo Universitario le ha llamado la atención e integrantes del sindicato y consejeros quieren revocarle su nombramiento.
De acuerdo con Homero Galán, académico de la UACM, en dos días se han juntado 350 firmas de profesores y alumnos que comulgan con la idea de impulsar la reforma en la UACM.
"El documento está avalado por algunos consejeros universitarios, ellos vienen trabajando con una agenda de difusión de los asuntos esenciales del quehacer académico", aseguró Galán.
Por otra parte, artistas, intelectuales y académicos consideraron que la UACM necesita reformas de fondo que ayuden a sacarla de "la anarquía".
"Solicitamos respetuosamente al Consejo Universitario de la UACM, a la comunidad universitaria del País, que en nombre del bien público se tomen las medidas para rescatar a esta importante institución de la anarquía a que ha estado sometida desde su creación", demandaron en un desplegado.
Entre los firmantes se encuentran Florence Toussaint, experta en medios de comunicación; Axel Didriksson, ex secretario de Educación del DF; Rafael Loyola, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM; Teresa Rojas Rabiela, directora del Centro de Investigaciones y Estudios en Antropología Social.
Consideraron que fue "un acto de valentía, inusitado en el País", que la Rectora revelara la situación académica de laUACM.
El Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, también consideró valiente a Orozco.
Refirió que la UACM es sumamente importante para la ciudad, y que en ella se ha invertido tiempo y esfuerzo con el propósito de aumentar la cobertura en educación superior en el DF.
"Me parece que la rectora ha actuado con valor. Ahora, lo que habrá que hacer es que todo eso se traduzca, ojalá así sea, en un acuerdo dentro de la propia Universidad para hacer los cambios que sean necesarios e indispensables", acotó