A la Comunidad Universitaria
Por una Autonomía Responsable en la UACM
La UACM atraviesa actualmente la crisis más importante desde su fundación hace diez años. Al interior de nuestra universidad, las relaciones de respeto, tolerancia y confianza que nos debemos entre universitarios se han fracturado. Hacia el exterior se ha creado -de manera artificial e interesada- la percepción en ciertos sectores de la opinión pública de que dos modelos de universidad están en juego en la presente coyuntura: uno de ellos popular y democrático y el otro tecnocrático y eficientista. Las cosas no son de esta manera. Ningún miembro en la comunidad en su sano juicio se ha pronunciado por privatizar o mercantilizar la educación pública, crítica, científica y humanista que imparte nuestra universidad para los y las jóvenes más desfavorecidos de la ciudad de México. La comunidad universitaria de la UACM goza de una pluralidad, una vitalidad y una diversidad de historias, formaciones y trayectorias personales y colectivas irreductible a cualquier descalificación fácil y demagógica. Nuestra diversidad no es un signo de nuestra flaqueza sino de nuestra fortaleza.
En esta difícil etapa que atraviesa nuestra universidad tenemos que hacer un alto en el camino para reconocer nuestros haberes y nuestros deberes. Ni estamos tan mal como algunos sostienen ni tan bien como otros presumen. Para tener claridad del piso en el que estamos, tenemos que llevar a cabo una evaluación serena, fundamentada pedagógica y filosóficamente, que haga uso de técnicas y métodos cualitativos y cuantitativos, que nos lleve a encontrar evidencias firmes e inobjetables que nos revelen en dónde estamos, qué hemos hecho bien, qué no hemos hecho, y qué debemos mejorar o rectificar. En este marco, debemos dejar de lado cualquier actitud de autocomplacencia o de victimismo. La UACM es un proyecto educativo, académico y cultural que requiere de generosidad, altura de miras, tolerancia, sentido de la convicción y de la responsabilidad, si es que queremos seguir siendo una alternativa educativa para los jóvenes de nuestra ciudad y si es que deseamos seguir gozando de la confianza que han depositado en nosotros miles de capitalinos.
Quienes suscribimos este pronunciamiento –cientos de profesores, estudiantes y administrativos de todas las carreras y planteles de la UACM- pensamos que la mejor forma de defender nuestra autonomía es mediante el ejercicio responsable de la crítica y la autocrítica, la cual nos permitirá transparentar nuestros procesos y procedimientos y rendir cuentas ante la sociedad sobre el camino avanzado y sobre el trecho que falta por recorrer. Para nosotros, la defensa académica de la UACM en esta coyuntura pasa, necesariamente, por los siguientes ejes rectores:
· Defender la autonomía universitaria como el principio básico que permite autogobernarnos a fin de decidir de manera libre y responsable nuestros programas y planes de estudio; nuestra política de investigación y difusión cultural; y el uso, destino y transparencia de los recursos económicos que recibimos del erario público. Al mismo tiempo, la Autonomía de nuestra universidad debe ejercerse no solamente con respecto a los gobiernos federal y de la ciudad de México, sino también respecto de los intereses de los partidos políticos nacionales, que tienen su propia agenda política ajena a los fines educativos de esta institución. La UACM debe ser inmune a cualquier presión externa a fin de concentrar sus esfuerzos en sus funciones sustantivas: docencia, investigación y extensión de la cultura.
· Defender la institucionalidad y los procedimientos establecidos en la UACM como el camino legítimo y legal con el que contamos los universitarios para resolver nuestras diferencias, enfrentar las tareas comunes y llevar a cabo los cambios que requiere la institución. De ninguna manera la vía institucional puede ser sinónimo de inmovilismo ni tampoco de defensa del status quo. En este marco, el Consejo Universitario juega un papel fundamental como la vía que nos hemos dado la pluralidad de la comunidad universitaria para procesar los diagnósticos que los diversos sectores de la comunidad están haciendo y seguirán realizando sobre la universidad y para conducir cada una de las etapas que nos llevarán hacia el Congreso General Universitario.
· Mantener abiertas las instalaciones, los salones de clase, los laboratorios, los auditorios, las oficinas administrativas, los cubículos académicos, las áreas comunes y los estacionamientos de todos los planteles y/o edificios públicos de la UACM a fin de que las actividades cotidianas y permanentes de la institución no se vean interrumpidas por ningún motivo o circunstancia. El costo de cerrar las instalaciones es altísimo, sobre todo para los estudiantes de la universidad. No debemos cerrar ni un solo día las puertas de esta universidad pública.
· Consolidar la vida académica de nuestra universidad mediante diagnósticos que nos permitan evaluar y políticas que nos ayuden a mejorar: la relación entre docencia e investigación, los procesos de registro y certificación, los métodos de aprendizaje, el desempeño académicos de estudiantes y profesores de la UACM, la investigación realizada en la institución, la política editorial y las publicaciones, así como la difusión y extensión de la cultura.
Por todo lo anterior, exhortamos a la comunidad universitaria, en especial al Consejo Universitario, a evitar cualquier postura reduccionista o maniquea, a fin de propiciar, entre todos, la transformación y consolidación académica de la UACM dentro de las vías legales vigentes en nuestra universidad.
A t e n t a m e n t e
“Nada Humano me es Ajeno”
Universitarios por la Autonomía Responsable
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