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viernes, 6 de mayo de 2011

Aquí se rompió el quorum y cada quien para su casa

El día 29 de abril del 2011 se llevó a cabo la séptima reunión extraordinaria de nuestro Honorable Consejo Universitario. El respetó del camino institucional, mediante el restablecimiento del diálogo, la tolerancia y colaboración entre los distintos miembros de la comunidad universitaria constituyó un fuerte clamor entre los asistentes a la sesión del C.U.
Previo a la sesión plenaria del C.U, la expectativa de la Comunidad Universitaria era la de presenciar una sesión donde todas las ideas fueran escuchadas y atendidas en un ambiente de tolerancia y cordialidad. Se esperaba que tanto consejeros como representantes de la comunidad, así como todos aquellos sectores interesado en opinar sobre la universidad se condujeran con respeto, cordialidad y tolerancia hacia el otro, ya que la Universidad es lugar por excelencia para ello. Sin embargo, esto no pudo llevarse a cabo por las siguientes razones:
La sesión inició formalmente con la intervención de 38 miembros de la comunidad en el foro universitario; ahí se ventilaron mayoritariamente tres posturas respecto a la vía que el C.U debería adoptar para salir de la crisis. La primera, apuntaló a la revocación de la Rectora; la segunda apostaba a su permanencia ante la falta de elementos para promover su salida y la tercera, hizo un llamado a la conciliación de ideas para trabajar sobre un mismo objetivo de desarrollo de la universidad.
Al concluir el foro universitario, los asistentes a la reunión del C.U esperábamos ver a nuestros representantes trabajar para construir acuerdos a favor de fortalecer la estructura de nuestra universidad. Este deseo fue opacado debido a actitudes intolerantes, inmaduras cobijadas en el reglamento interno del C.U, por parte de algunos de nuestros consejeros, los cuales decidieron retirarse cuando no lograron modificar la orden del día. Esta decisión sin embargo, no fue individual, tuvo connotaciones en la comunidad.

Algunos pensamos que fue una estrategia para medir fuerzas, otros pensamos que fue un chantaje, ya que el consejero Julio César Ibáñez en uso de la palabra anticipó que se retiraría de la sesión si la orden del día no era modificada, otros más pensaron que fue una falta de responsabilidad y carencia de argumentos de quienes se retiraron.
Este proceder que en nada ayuda al restablecimiento del clima de cordialidad y colaboración entre universitarios contrariamente expone el comportamiento poco institucional de nuestros consejeros, advierte sobre la gravedad y lo importante que resulta cuidar la elección de nuestros representantes.
Es verdad que todos ellos fueron elegidos en un ejercicio de democracia limpia y transparente. En ese acto, la comunidad les otorgó su confianza delegando en ellos la responsabilidad de seguir construyendo las bases; pero su comportamiento ilustra la poca representación que algunos de ellos hacen de nuestros intereses, hay entre la comunidad de estudiantes preocupación, frustación, tristeza al observar la poca capacidad que han mostrado frente al desafío que representa reconstruir la universidad.
La comunidad universitaria exige a sus consejeros que cumplan con sus responsabilidades de una manera ética, profesional y en favor de construir acuerdos que, permitan salir avante a la Universidad en este momento lleno de disputas, que sólo han afectado y no han resuelto el problema de fondo. Invitamos a que trabajen con un criterio flexible, incluyente y autocrítico, en favor de la universidad y NO, EN FAVOR DE

UN INTERÉS PERSONAL.
P.D: Curiosamente cuando se retiraron los consejeros mencionados, inmediatamente se fue señal de intranet (con la cual toda la comunidad puede seguir las transmisiones). Romper quórum fue una mala decisión, pero privar de la señal a la comunidad en general que quería enterarse de lo que ocurría en ésta, fue un acto de cobardía.

Consejero Universitario

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