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viernes, 6 de mayo de 2011

Llamamiento de Facundo González Bárcenas


ANTE LA CRISIS DE LA UACM ACTUEMOS AHORA,
DESPUÉS PUEDE SER DEMASIADO TARDE

A los estudiantes, profesores  y trabajadores de la UACM,
Al Consejo Universitario:

A diez años de su creación, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, nuestra Universidad, está inmersa en una grave crisis que es resultado de múltiples factores internos y externos.
La UACM es un noble proyecto de educación superior pública, dirigido sobre todo a los jóvenes de las familias pobres de la ciudad de México, quienes no encuentran cabida en otras instituciones. Como universidad pública fue creada para educar, investigar y promover la cultura así como para contribuir a la solución de los problemas de la ciudad. La UACM cuenta con una avanzada Ley, en la que están señalados estos objetivos. Por ello, desde su inicio la Universidad Autónoma de la Ciudad de México fue objeto de la inconformidad y los ataques de las fuerzas políticas de derecha, adversas a la educación pública.
Su primer Rector fue el Ing. Manuel Pérez Rocha, quien permaneció en el cargo nueve años. Aun cuando tiene el mérito de haber iniciado la construcción de nuestra institución, estoy convencido de la profunda irresponsabilidad con que actuó el Ing. Pérez Rocha. Entre otros aspectos, no se comprometió con el proceso de institucionalización de la Universidad; retrasó al máximo la creación y aprobación de la normatividad; permitió la proliferación de grupos de interés que han detentado espacios de privilegio y corrupción; evitó la transparencia y la rendición de cuentas; administró la Universidad de manera patrimonialista; promovió relaciones clientelares; actúo con irresponsabilidad y falta de criterios institucionales con respecto al crecimiento de la planta académica y administrativa, e hizo un uso perverso de la autonomía universitaria. Que todo ello haya ocurrido durante nueve años no se debió a errores de omisión o de ineficiencia administrativa sino a un claro interés  político de que así fuera. Gran parte de la crisis que hoy vive la UACM se fraguó durante la administración del Ing. Pérez Rocha.
Como herencia de esta etapa de la Universidad existen grupos identificados con el “perezrochismo”, quienes desde el momento en que la Dra. Esther Orozco fue electa como Rectora se propusieron el objetivo de provocar su renuncia, y así recuperar para ellos la Universidad. Estos grupos se han coaligado y actúan coordinadamente mediante una estrategia política bien orquestada, que consiste en intentar someter a la actual Rectora a un proceso de permanente desgaste; actuar por fuera de los procedimientos institucionales de toma de decisiones; desprestigiar y debilitar a los órganos de gobierno constituidos con base en la legalidad interna, como el Consejo Universitario; demandar que el Congreso Universitario sea resolutivo, en franca violación a la Fracción III del Artículo Cuarto Transitorio del Estatuto General Orgánico; promover mentiras y rumores sobre supuestas medidas atentatorias contra profesores, estudiantes y trabajadores, y potenciar conflictos con el Gobierno del Distrito Federal y la Asamblea Legislativa. Estos grupos que discursivamente se presentan como adalides de la “auténtica” izquierda y atribuyen a la actual Rectora supuestos intereses neoliberales, también cuentan con la colaboración de grupos políticos partidistas externos a la Universidad.
Recientemente estos grupos han logrado influir en cierto número de estudiantes, profesores y trabajadores legítimamente interesados en la Universidad, pero que no se han percatado del juego político de estos grupos y sus intereses facciosos.
Otro aspecto de la estrategia de estos grupos es aprovechar los errores de la actual Rectoría, que los ha habido y los sigue habiendo. En este punto, manifiesto que asumo sin ambages la parte de corresponsabilidad que me corresponde, pues fui Coordinador Académico hasta el 31 de enero, fecha en  que renuncié a ese cargo.
Entre estos errores destacan los siguientes: a pesar de haber transcurrido un año de gestión de la Dra. Orozco, no se ha presentado al Consejo Universitario un diagnóstico sistemático sobre la Universidad; tampoco se ha propuesto un plan institucional de trabajo, en el que se señalen los programas prioritarios a desarrollar y la forma de solucionar los principales problemas de la UACM; no se ha resuelto la grave situación de insuficiencia  presupuestal que agobia a la Universidad y limita su desarrollo; se ha avanzado poco en la institucionalización de la Universidad, y muchas decisiones siguen centralizadas y continúan dependiendo de la Rectora; no se ha nombrado al Secretario General de la Universidad, cargo aprobado en la Norma Cuatro y ratificado en los artículos transitorios del Estatuto General Orgánico; no se ha promovido ante el Consejo Universitario una agenda legislativa ni se ha presentado ante este órgano proyectos de normas que fortalezcan la institucionalización y la certidumbre procedimental; se carece de una política de comunicación hacia el interior y el exterior de la Universidad; se ha descuidado la imagen institucional de la Rectoría, que debe preservarse del desgaste de las disputas cotidianas. En general, se actúa sin un plan que ordene estratégicamente las prioridades de la Universidad.
No obstante estos pendientes, estoy convencido de que la Dra. Orozco tiene las mejores intenciones para nuestra Universidad, por ello es lamentable que hace unos días haya publicado en dos diarios nacionales un documento que en nada ayuda a la UACM, y en cuyo contenido no  existe un ejercicio autocrítico, aun cuando ha transcurrido un año de su gestión.
Durante los últimos meses ha proliferado entre algunos profesores, estudiantes y trabajadores un deplorable nivel de “debate” en el que abundan los insultos, las acusaciones, los rumores y las descalificaciones personales, contribuyendo a deteriorar el ambiente universitario. Para colmo de este clima de confrontación y polarización, ahora tenemos a un Pérez Rocha “reloaded”, quien ha enviado una carta pública a la Dra. Orozco, también carente de visión autocrítica. El debate sobre la UACM ahora está en los medios y muestra la peor imagen de nuestra Universidad, imagen deformada e injusta de lo que realmente es la UACM y de lo que, a pesar de los pendientes, aporta a la sociedad y a los jóvenes de la ciudad de México. Hay voces que se pronuncian por la desaparición o la transferencia de nuestra Universidad.  
La más reciente maniobra de los grupos perezrochistas, muy probablemente en connivencia con algunos diputados de la Asamblea Legislativa, fue acusar a la Rectora de querer reelegirse (¡a tres años de que termine su periodo!) y contratar libremente personal de confianza. En torno a la defensa de la autonomía universitaria, demanda muy sentida por la comunidad de la UACM, estos grupos han promovido la exigencia de que la Rectora renuncie, obteniendo eco entre algunos universitarios. El objetivo de estos grupos es evidente: lograr que la Dra. Orozco renuncie a la Rectoría de la UACM y promover a un candidato a Rector que responda a sus intereses políticos y materiales. Estos grupos creen que ha llegado el momento de lograr su objetivo y están dispuestos a echar toda la leña al fuego y efectuar todo tipo de provocaciones. La constatación de este juicio la veremos en los próximos días.
¿Conviene a la UACM que la Dra. Esther Orozco renuncie a la Rectoría? La respuesta a esta pregunta es un contundente NO. Si la Dra. Orozco renuncia se desatará una fuerte lucha por ocupar la Rectoría, entre grupos internos de la Universidad y externos a ella. Internamente, esta lucha significará un intenso desgaste e incrementará la vulnerabilidad de la UACM; externamente, la derecha tratará de desaparecer o debilitar a nuestra Universidad pública, y los grupos y corrientes partidistas pretenderán apoderarse de la UACM, con fines políticos y electorales. Podrán “cuidar” o no las formas, pero estoy seguro que ni el Gobierno del Distrito Federal ni la Asamblea Legislativa se quedarán con los brazos cruzados, observando lo que ocurra en la Universidad. En este marco, sería real la posibilidad de desaparecer o transferir la UACM, cancelando un noble e importante proyecto de educación pública.
Entonces, ¿cómo salir de esta crisis, de manera que esta salida signifique la posibilidad de avanzar en la solución de los problemas de la Universidad y abrir el camino hacia su consolidación académica e institucional?
Me parece que la solución debe canalizarse por la vía institucional, es decir, procesarse en el seno del Consejo Universitario. Para ello propongo que nuestro máximo órgano de gobierno apruebe un conjunto de medidas que, no obstante el carácter coyuntural de la mayoría de ellas, pretenden superar la actual crisis y generar condiciones para la consolidación académica de la UACM, lo que en su momento requerirá de otro tipo de decisiones. Las medidas que propongo son las siguientes:
a)    Que el Consejo Universitario tome acuerdos que refuercen su función de garante de la institucionalidad de la UACM, así como para asegurar que todos los universitarios acatemos la legalidad interna de la Universidad.
b)    Fijar una fecha para que en un plazo perentorio la Rectora entregue al Consejo Universitario un diagnóstico sobre nuestra Universidad, en el que se señalen las fortalezas, los pendientes y los problemas, así como propuestas de soluciones.
c)    Fijar una fecha para que la Rectoría entregue al Consejo Universitario un plan institucional de trabajo, al que deberá apegarse el desempeño de la propia Rectoría.
d)    Que la Rectoría entregue al Consejo Universitario propuestas para Secretario(a) General de la Universidad, para que sea, en su caso, nombrado por el propio Consejo.
e)    Recomendar a la Rectora que revise la integración de su equipo de colaboradores y que en los cambios que juzgue pertinentes, incorpore a personal emanado de la UACM, con el perfil idóneo.
f)     Que la Rectora inicie de inmediato pláticas con el Gobierno del Distrito Federal y la Asamblea Legislativa, con el propósito de resolver de manera definitiva el problema de la insuficiencia presupuestal de la Universidad. Una vez obtenida la suficiencia presupuestal, deberán iniciarse las nuevas etapas de construcción de los planteles San Lorenzo Tezonco y Cuautepec.
g)    Que una comisión integrada por la Rectoría y representantes del Consejo Universitario establezca pláticas con el Gobierno del Distrito Federal y la Asamblea Legislativa, a fin de demandar, en el marco de la autonomía universitaria, su compromiso para la consolidación, desarrollo y crecimiento de la UACM, con base en un plan de desarrollo institucional.
h)   Que la Rectora entregue al Consejo Universitario un programa integral de apoyo a la titulación, la conclusión de estudios y el combate al ausentismo y la deserción estudiantil.
i)     Que la Rectoría presente al Consejo Universitario, para su aprobación, un plan de comunicación hacia el interior y el exterior de la Universidad.
j)     Que el Consejo Universitario apruebe su agenda legislativa, y fije fechas para la presentación de las iniciativas correspondientes. En esta agenda deberán incorporarse el proyecto de Estatuto del Personal Académico — que a su vez deberá contener normas para el seguimiento y evaluación de las actividades del personal académico—, así como el proyecto de Reglamento de Estudios de Licenciatura y Posgrado.
k)    Que el Consejo Universitario refuerce su actividad de promoción y desarrollo del Congreso Universitario, en cumplimiento estricto de los términos contenidos en el Estatuto General Orgánico.
Con este paquete de medidas —y otras que considere pertinentes el Consejo Universitario— podrá sortearse esta crisis y, junto con la celebración del Congreso Universitario, establecer las bases para la consolidación académica de la UACM.
La problemática que enfrenta actualmente la Universidad presenta serios peligros, incluida la posibilidad de su desaparición. Por ello, todos quienes formamos la comunidad universitaria —especialmente los consejeros universitarios y la Rectora—, debemos actuar con mesura, prudencia y responsabilidad. Se trata de defender y consolidar una universidad pública, nuestra Universidad, en beneficio de sus actuales y futuros estudiantes. La UACM no sólo es una fuente de trabajo para quienes en ella laboramos, es también, fundamentalmente, un proyecto de educación pública que merece ser defendido. Hagámoslo ahora, después puede ser demasiado tarde.
Asimismo, es necesario que cada estudiante, académico, trabajador o funcionario de la Universidad, reflexione acerca de su contribución a la UACM, sobre lo que ha hecho, lo que no ha hecho y, sobre todo, lo que puede y podemos hacer en favor de nuestra Universidad.
Concluyo este documento haciendo un llamado a la participación responsable de cada uno de nosotros, y señalando que la motivación de elaborarlo y enviarlo a la consideración de ustedes, no radica en ambiciones personales sino en una auténtica preocupación por el futuro inmediato de la UACM, por lo que me comprometo a no buscar ni, en su caso, aceptar ningún cargo en la administración de la Universidad.
Ciudad de México, abril 10 de 2011.

Atentamente,


FACUNDO GONZÁLEZ BÁRCENAS
Profesor Investigador de la Academia de Ciencia Política
 y Administración Urbana
NADA HUMANO ME ES AJENO

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